Me encanta hablar con buenos esquiadores, preguntarles, y pedirles consejos para ayudarme en mi progreso diario, porque ese progreso diario es el que te hace estar siempre enganchado. También hay que ser conscientes de las limitaciones que tenemos los mortales, porque cuando estás ante un gran esquiador, hay algo más allí dentro que es lo que acaba marcando la diferencia.
Iba camino de Baqueira-Beret, cuando me encontré a un chico que hacía dedo. Ese chico se había lastimado la semana anterior, y no podía esquiar. Eran mis primeros días de inicio en el telemark, hace como unos ocho años. «Muchas gracias por pararme, me llamo Tato», así se presentó. No tardamos en echar las primeras risas con él. «Van a esquiar chicos? Ah! Genial! Si pudiese les acompañaba, pero me lastimé…», nos explicó como se había lesionado tras una recepción de un salto.
La conversación fue interesante y fue derivando hacia los temas de nieve no tratadas. «Llevo toda la temporada esquiando en nieve cartón,…, rebárbaro. Pero ahora aquí en Baqueira, ya se cuáles son los sitios que hay que ir, cuando caiga la siguiente nevada, ya se donde estará acumulado todo lo bueno». Ese fue el momento que aproveché para hacer la pregunta sobre cómo esquiar, debido a que las estaba pasando tremendas para ir en telemark por las nieves no tratadas. Tato no hacía telemark, pero en su hablar humilde y el rato que llevábamos hablando identificabas que era un prodigio del esquí. «Tato, siempre lo acabo pasando un poco mal en nieves profundas» esa creo que fue mi pregunta, y Tato me respondió:
«Lo más importante es que usted se fije en la acción directriz sobre el esquí. Con el invento del carving, acabamos poniendo el esquí de lado, y el propio esquí gira, pero eso en nieves no tratadas,…, no acaba funcionando tan bien. Así que lo que yo siempre hago (y me lo mostró con las manos, emulando como si fuesen los pies) es mover los dedos del pie, presionando hacia donde quiero que marchen mis esquíes.»
En 2007 me lo encontré en Verbier, resultó que era Tato Vasiuk aquel chico que nos había acompañado en el coche y dejamos en Tanau. Había ido como rookie invitado al freeride extreme, y resulta que acabó clasificándose para la final y quedando en sexta posición. Pues seguro que el consejo, malo no tiene que ser.
Ese año también hubo demostración de telemark en el Bec des Roses, aquí tenéis una foto de Jonas, un telemarkero vikingo, que iba bien calzado. Los hay que tener bien, pero bien puestos para tirarse en telemark por el Bec des Roses.
También estaba presente la ardilla, que tío más cachondo.
Y alguno que otro, bajando por esos sitios tan expuestos había maltrecho sus tablas: